Todo el mundo sabe que me encantan los perros. Es algo que me gusta de toda la vida, me parece un animal super fiel y en general, son la polla.
De hecho, se estuvo planteando la idea de tener uno aquí en el piso y tachar el número 3 de mis lista: Tener un perro cuando viva solo.
Pero como de todo hay excepciones, hay un perro en concreto que odio, aunque sobre todo odio a su dueño, que es sin ir más lejos el que vive enfrente de casa.
Imaginaros un perro enorme, que no sé decir exactamente su raza, pero estilo San bernardo, pero todo blanco que tiene un poquitico de mala folla y tiene unos ladridos bastante desagradables y sonoros.
Pues bien, es para mandar a fregar al perro y sobre todo al dueño, que muchos días de fiesta le da por sacarlo al balcón a las 9 de la mañana para empezar su recital de ladridos infernales y despertar a to la puta calle...
Así que amigo si tienes un perro grande que te ladra en tu casa a las 9 de la mañana, no hace falta que presumas de el, sobre todo los días de fiesta y tan temprano o si no, me voy a comer tu puta sangre.
