lunes, 12 de mayo de 2014

Entrenando para los campeonatos del mundo de los gilipollas

Bien es sabido que de siempre he sido feliz con muy poco, que siempre he tenido mañas para buscarme la vida y entretenerme, pues bien, ayer por la noche, con todo lo que tenía que hacer, me vino una de esas cosas con al que entretenerme durante un buen rato.

Me hallaba bujjcando unos apuntes cuando, de repente, me encontré con una bola de hilo negro, de lana, la cuál no tengo ni la menos idea de su presencia en el piso y más concretamente, entre los apuntes.

Como si de un gatico chiquitín se tratara, empecé a hacer el tonto, hasta que vi, que se desilachaba y peligraba su existencia circular, con lo que con un poco de celo, subsane el problema y pude seguir haciendo el gilipollas.

Llevaba un rato con la suso dicha madeja de lana, cuando me puse serio y pensé que lo mejor era ponerse a estudiar o jugar enserio y así fue, me quite la camiseta, me descalcé y me puse a jugar enserio, para entrenar y poder llegar al campeonato del mundo de hacer el gilipollas con una bola de lana.

Después de estar un rato haciendo toques sin que cayera al suelo, llegué a la difícil cifra de 34 toques seguidos, quién tenga huevos que me desafíe, a ver si alguien es capaz de distraerse a la mínima y hacerse tal cantidad de toques una calurosa noche de mayo.

Seguí entrenando duro hasta que recordé que tenía una portería hinchable, la cuál saqué a la palestra para seguir haciendo el gilipollas a un nivel superior.

Y ahí estaba yo, solo con unos pantalones cortos haciendo toques y chutando a una portería hinchable con un calor de cojones, con lo que tuve que poner el ventilador y si, al poner el ventilador,  maquiné otra manera de poder entrenando para los dichosos campeonatos mundiales, a los que espero que el seleccionador de los gilipollas, me convoque, por los méritos contraídos.

Cogí la madeja de lana, la lanzaba hacía el ventilador que esté, con las aspas en movimiento, golpeaba a la madeja y salía disparada, orientada hacia la portería, como jugar a lo que toda la vida se llama "hacer unos centres". De este entrenamiento, derivó en que yo era el portero, lazaba la madeja de lana y el ventilador me remataba, teniendo que pararla, recordando mis tiempos de guardameta.

He de decir,que parar los lanzamientos del ventilador es bastante jodido, pero llegué a hacer alguna palomita con su correspondiente ostieja en el suelo.

Os adjunto el material utilizado y que pronto será homologado por la federación española de gilipollas.


- Una madeja de lana, de cualquier color ( negra en los campeonatos oficiales), que irá pegada con celo para que no se deshaga.

-Portería hinchable( preferiblemente pequeña). Luego os pasaré las medidas.


- Un ventiladoor-lámpara en el techo, para los centres y entrenar de portero, estándar. 




Pero y sobre todo, muchas, muchísmas ganas de hacer el gilipollas.