jueves, 20 de noviembre de 2014

El misterio del capitán pescanova

Hoy estoy más que embargado y casi diría que asustado  por un gran misterio que me ha sucedido.

Todo comenzó ayer, cuando saqué del congelador dos piezas de merluza congelada, para descongelarse y poder sufrir comiendomelas hoy.
Como siempre que hago eso, las deje en un platico con un poco de agua durante  la noche para descongelarse y como digo, poder disgustarlas, ya que me da cosica el pescao, pero cual ha sido mi sorpresa esta mañana , que el plato estaba donde lo había dejado, pero vacío, sin ninguna de las dos piezas del lomo del pez.

¿ Donde cojones estarán?

Siendo ayer previsor, deje el plato al lado del microondas, apartado, ya que si por algún casual a Chiwie le diera hambre por la noche, y no tuviera nada mejor que comer dos trozos de pescado congelado crudos y siendo imposible que hubiera saltado encima, se lo hubiera comido, con mucha paciencia hubiera dejado el plato en el mismo sitio, hubiera limpiado todo y no hubiera dejado ni rastro de huellas o manchas por ningún lado, cosa que posible, pero que tan solo ver como bebe agua y pone to lleno de agua, tengo que descartar tal acusación.

Después de la opción más normal de preguntar a mis compañeros de piso y ambos negarlo, he seguido buscándolo  por todo el frigorífico, basura, cajones, incluso en mi cama y nada, ni rastro.

Si mis compañeros de piso no me están gastando una broma o se los han guardao o yo qué se, de verdad que este es un caso digno de estudio.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Cambio de ciclo

Las cosas cambian, los ciclos pasan y el otro día, ha habido un ciclo, un cambio importante en mi vida.

El otro día, baje al supermercado, consum, para comprar unas cosas y aprovechando, que baje a comprar con hambre ( nunca bajéis a comprar con hambre, compras muchas más cosas que realmente necesitas), me dio por ir a buscar una bolsa de mis alitas de pollo especiales.

¿ Por qué son especiales? Por qué aparte que son baratas, están muy ricas y eran fáciles de hacer, era una especie de amuleto de la suerte para los partidos de mi Aleti.

Nunca ningún día que cene esas alitas perdió un partido, por eso fuímos campeones de liga y subcampeones de champions, a la vista los resultados.

Así que, hoy, hablo de cambio de ciclo, ya no venden esas alitas en el supermercado, simplemente no están en su sitio habitual y los empleados no sabían mucho más.


Aleti, este año, no  toca volver a sufrir.