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Llegamos al coche Javi y yo , nos montamos y fuímos hasta el mercadona para recoger las provisiones compradas y al resto de la expedición, que seguía siendo fuertemente vigilada para que no se llevarán el carro.
Todo cargado y dispuestos, partimos de nuevo hacía nuestro centro de operaciones, con la vana esperanza de poder usar el mismo sitio para aparcar que anteriormente.
Después de mucho desearlo con todas nuestras fuerzas ( Tengo la sospecha que alguno de nosotros no lo deseo tan fuerte como podría haberlo deseado), el sitio que teníamos antes estaba ocupado y tuvimos que dar 7342 vueltas para encontrar otro sitio, que estaba a tomar por el culo.
Bien aparcaos empezamos a sacar las cosas, pero.... ¿¿como cojones cargar una compra abundante,sin tener bolsas a mano y teniendo que ir y volver varias veces al coche??
Tan evidente que duele, al ser de Albacete en nuestras cabezas solo se contemplaba la posibilidad de un solo viaje con todo a cuestas, cual rumanos y así fué, empezamos a cargar todo lo que podíamos con las manos , y aún así nos faltaban cosas.... pues bien, como rumanos albaceteños, empezamos a meternos cosas por dentro de la camiseta, del pantalon, cualquier sitio era bueno.
Empecé liderando la expedición cargado hasta los topes, hasta que en un momento que miré para atrás y vi que estaba solo antes el peligro, nadie me seguía, pero decidí terminar mi misión y conseguí llegar a casa sin que se me cayerá nada , aún a pesar de lo jodío que fué y lo mejor fue al llegar al portal.
Nada más llegar, me encontre un pedazo de sitio para aparcar en la puta puerta de mi casa, era enorme y ponía nuestro nombre. En un ataque de excitación intente contactar con los expedicionarios perdidos para avisar que trajeran el coche para aparcarlo ahí y facilitar bajar la compra, pero ninguno contesto.
Si, soy tan gitano que se me ocurrio poner lo que tranportaba en medio de la calle para que no nos quitarán el sitio, pero por una de esas veces que haces lo más lógico y subí a casa a dejar la compra, baje para volver con los demás y avisarles del halazgo.
Cuando llegué, solo habían avanzado una calle y de las muchiimás cosas irrompibles que trasnportaban como magdalenas, salsas, salchichas.....solo una se cayó al suelo una de ellas, y era rompible, una botellica de ginebra, en un paso de peatones, con lo que la imagen de ver a chichos con conmida por dentro de la ropa, quitando cristales de un paso de peatones con todo el mundo mirando, fué de la más cómica que he visto desde que llevo en León.
Era el comienzo y ya se veía que este viaje a León prometía mucho, como así fue.
