miércoles, 8 de enero de 2014

El día del juicio final

El día del juicio final, temido por muchos de vosotros, ha llegado, por lo menos para mi y fue ayer. Ayer me operaron de la muela del juicio.

Me habían hablado bastante mal del tema, que si dolía, que si hinchazón y mil cosas más, pero con mi habitual pachorra, ni pensé en el tema hasta estar con media boca dormida en el sofá del dentista.

Gracias a D. Jesús, el dentista, que es un gran señor y a sus chistes verdes, que hace que te partas la polla cuando tienes toda la boca abierta y evidentemente que es un gran dentista, por hacerme el favor de quitarme tal despiadada pieza ósea de mi boca, que ya estaba dando por saco bastante, pieza ósea la cual me dijo el dentista, que solo se apreciaba una raíz pero que tenía 3, qué según me explico es lo peor y más jodido, ya que digamos que hay que arrancar como 3 especie de uniones de ligamentos o algo así y lo peor que todo eso es por la puta fuerza bruta y hasta que no sentí los 3 "crack", ese pedazo de bicho no salió de mi orificio bucal.

" Tienes que sentir presión, no dolor", me decía.
Pero por un momento, sentía que eso dolía de cojones, ni que estuvieran metiendo un destornillador en la boca, clavándolo para hacer espacio y poder tirar bien de aquel bicho, craken llamados en algunas culturas, pero bueno, me aguante y no dije na, solo para hacerme el chulo, aunque soltará de vez en cuando algún gemidito, pero de macho, de muy macho y alguna lagrimilla por mi ojo derecho.


A la cosa de 5-10 minutillos en un tira y afloja, la muela salió. Ya en su lecho de muerte, la miré y me miró y nos emplazamos a un combate final, pero ya será en el infierno. Adiós hija del mal, volveremos a encontrarnos.